Nuestro cuerpo está diseñado
por la evolución para durar entre 30 y 40 años... A partir de ahí, todo son
apaños.
Olvide la ilusión de
inmortalidad y de alargar su existencia y concéntrese en aumentar la intensidad
y la calidad de su vida: eso sí lo decide usted en cada instante.
Disfrute de la vida aquí y ahora; y si lo duda, dese un paseo por un hospital. (Josh
Bazell)
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