Freud ya proclamó que todos somos polígamos reprimidos.
En esta Tetería ya comentamos citando a Sándor Márai que nos hemos impuesto La sutil esclavitud de la fidelidad: Cuando amamos a alguien le exigimos Fidelidad
¿Con eso pretendemos nuestra felicidad o la suya?
Ahora, el suplemento ES del pasado 13 de marzo planteaba una pregunta que a la mayoría nos pone nerviosillos:
¿Qué le cabrearía más, que su pareja le fuera infiel de forma emocional (o sea, amor sin sexo) o que le fuera infiel en plan clásico (sexo sin amor pero eso sí, con condón)?
La respuesta debería ser que la felicidad de mi pareja está por encima de mi egoísmo pero no nos han educado así y las respuestas reales están a nuestro alrededor.
miércoles, 24 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario