Creemos comer materias, ¡pero comemos emociones! La comida no contiene nutrientes, ¡contiene placeres!
¿Eróticos, también? Sexuales, directamente. El comer bien y el buen sexo solemos dejarlos para días especiales, pero deberíamos integrarlos en nuestro día a día.
Inspíreme.Ella se unta aceite de trufa en las corvas, nata en los pechos, chocolate o mermelada de fresa en la vagina... Y su pareja, con los ojos vendados, que la busque por el olor, que la lama y que adivine qué es lo que lame. Y, si no lo adivina... ¡que vuelva a lamer!
Olé.¡ Esto anima mucho un matrimonio! Otra buena idea es cocinar la cena juntos, ambos desnuditos, sólo con mandil. Y una copa de cava, un plato sencillo, vino fresco...
¿Alguna otra idea? Una para contribuir a que el matrimonio dure: ¡mi teoría del yogur! El yogur de casa sigue vivo siempre, pero se acidifica... y apetece a veces comerse un yogur fresco, ¿no? Algún amante esporádico vivificará la pareja.
Deles de comer a esos amantes. Que él y ella vayan chupando hojas de alcachofa, el uno frente al otro... Y verás esa grasita que le discurre por la comisura del labio, y puedes acercarte y lamérsela...
Cuánto sabe usted...En la mesa, y en el sexo, y en todo, lo que importa es la actitud..
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