Debemos ser muy conscientes de la enorme trascendencia que tienen nuestras palabras, que tanto pueden herir a los nuestros, como arrastrar a una turba a cometer las mayores tropelías imaginables. Así, las palabras en muchas ocasiones pueden ser armas arrojadizas y especialmente cuando son amplificadas por los modernos Medios de Comunicación.
Las palabras más bellas, como las de la Poesía, son las más meditadas.
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