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sábado, 16 de febrero de 2008

Los países ricos provocan daño ambiental en el tercer mundo


Según informa DEMOCRACY NOW!: un estudio de la Universidad de California afirma haber realizado el primer cálculo monetario del costo del daño ambiental mundial provocado por los países más ricos del mundo a los países más pobres que es de es de 1.8 billones de dólares, y supera toda la deuda del tercer mundo.

domingo, 3 de febrero de 2008

Lo poco y bueno, dos veces bueno


¿Qué están aprendiendo los muchachos en los colegios?
Hoy en la Tetería nos hemos enredado en una polémica histórica que periódicamente rebrota cada vez que se lleva a cabo alguna modificación de los programas escolares.
Al hablar de la Enseñanza hay que considerar dos aspectos: qué enseñar y cómo hacerlo.
El “como” es el objetivo de la pedagogía y el terreno exclusivo de los profesores de la enseñanza. Los demás poco tenemos que decir, más que exigirles profesionalidad para conseguir una Enseñanza eficiente. Respecto al “qué” enseñar, o sea el contenido de los programas, aquí quien debe decidir es la Sociedad como tal una vez escuchados los expertos de turno. Se trata de una decisión eminentemente política, no técnica, que debe tomarse con el suficiente consenso de mínimos y después de un amplio debate público, decisión que debería permitir la coexistencia de diversas líneas que ofrezcan una oferta amplia y atractiva para mayorías y minorías.

Por una parte, se suelen posicionar los titulados de una materia, rasgándose las vestiduras cada vez que algún burócrata se atreve a atacar la sacrosanta importancia de su materia, disminuyendo sus horas de clase. Se trata de defender intereses personales o gremiales. Normal, no hay que darle mayor importancia.

Otro sector, tanto o más combativo que el anterior, es el de los que acusan a cada reforma de bajar el nivel. ¿Cómo se mide el nivel? ¿Nos referimos a cantidad de datos memorizados o a otras cosas?

Por último, está la inercia. Hay que enseñar lo de siempre, lo que pueden enseñar los profesores con sus titulaciones tradicionales. Gran impedimento cuando quieres incluir materias para las que no están formados los claustros.

Intentaré clarificar ideas: lo primero es recordar ¿qué objetivo tiene la Enseñanza obligatoria? Creo que es definitivo diferenciar según se trate de la Enseñanza básica y obligatoria para todos los ciudadanos o de la Enseñanza voluntaria y preparatoria de niveles universitarios como es el Bachillerato (dejemos en paz la Formación Profesional para no complicar más las cosas)

La Enseñanza Básica y Obligatoria va dirigida a toda la población, no solo a los que acabarán siendo doctoresIngenieros sino fundamentalmente a los que no cursarán ninguna otra enseñanza. Su misión ha de ser por una parte ayudar a ser feliz potenciando habilidades personales y clarificando conceptos necesarios para cualquier humano en cualquier época de la Historia, fomentando los valores democráticos y de convivencia, y por otra enseñar a saberse manejar en las complejidades de la sociedad actual.
Para que una persona tenga una vida plena, será bueno despertarle la pasión por el conocimiento y enseñarle a disfrutar de todas las manifestaciones artísticas. Generando más dudas que verdades, fomentando el pensamiento crítico, la creatividad, el ejercicio físico, la sana disciplina y el espíritu de esfuerzo que ayuden a conseguir las metas que cada uno se proponga, y como no, la autoestima. A saber gestionar sus emociones. Y diferenciando entre conocimiento y sabiduría.

Todo ello con la dificultad de adecuarlo a la edad (hasta los 16) de los estudiantes.

Tenemos que tener claro que la finalidad de esta etapa no es la preparación del Bachillerato y que muchos chicos no lo harán ya que elegirán la Formación Profesional y que esta formación obligatoria puede ser la única que reciban en su vida.

¿Que materias son necesaria para alcanzar objetivos tan ambiciosos? Se me ocurre, a bote pronto, que probablemente cientos, lo cual está claro que no es posible debido al límite semanal y anual del horario escolar. Esto nos obliga a elegir, a priorizar entre las posibles materias y también a flexibilizar su duración (mensual, trimestral, anual, ...)
Una vez hecho esto hay que llegar a otro difícil consenso: el contenido de cada materia. Tan importante o más que lo anterior. Si nos parece conveniente que se aprenda Matemáticas, habrá que decidir qué conocimientos matemáticos mínimos necesitan todos nuestros ciudadanos y cuales serían superfluos a este fin. Todo saber es potencialmente útil pero lamentablemente en el horario escolar solo tienen cabida unos pocos.
Me parece fundamental minimizar la importancia de los contenidos que se incluyen actualmente en la Enseñanza Obligatoria para sustituirlos por otros muchos más necesarios para los fines previstos. Lamentablemente, hay que elegir solo unos pocos.

Por ejemplo:

¿Cuántos de nuestros estudiantes de 16 años tienen los conocimientos mínimos para operar con un Banco: cuentas, cheque, prestamos, tarjetas, hipotecas, ...?
¿Cuántos tienen los mínimos conocimientos jurídicos: delitos, faltas, policías, jueces, fiscales, abogados, notarios, juicios, cárcel, ...?
¿Cuántos saben buscar información y hacer trámites ante las administraciones públicas: solicitar becas u otras ayudas, abrir un negocio, pagar impuestos, hacer una Oposición, ...?
¿Cuántos son capaces de discernir entre la inmensa oferta del Comercio, aliñada con eficaz publicidad, para adquirir únicamente los productos que necesita y al mejor precio/calidad?¿Y de realizar los arreglos caseros sencillos?
¿Cuántos son capaces de comprender el Manual de instrucciones de un electrodoméstico, o de redactar una Reclamación o de hablar en público?
¿Cuántas conocen los principios de una vida saludable: alimentación, ejercicio, curar una herida, utilización del sistema sanitario, ...?
¿Cuantos sben valorar un cuadro de Velásquez?
¿Cuántos son capaces de hacer una lectura crítica a la ingente cantidad de información que reciben de los medios de comunicación para clarificar sus opciones políticas sin dejarse manipular?
¿De expresarse mínimamente de forma oral y por escrito o de comprender un texto sencillo?
Y como estos ejemplos, podriamos poner muchos otros.


En su lugar, se están enseñando muchas cosas de menor utilidad y pongo unos ejemplos:
Teoría atómico-molecular de Dalton, modelos atómicos de Thomson, Rutherford y Bohr Número atómico, número másico y masa atómica, isótopos, teoría cinético-molecular, enlaces iónico, covalente y metálico. Concepto de mol y número de Avogadro.
Complemento predicativo de circunstancia, Complemento de concomitancia, Sujeto y predicado, sinalefa, morfemas, perífrasis verbales
Elaborar una pirámide de población.
Potencias y raíces cuadradas, Regla de Ruffini, ecuaciones logarítmicas, Polinomios, ecuaciones irracionales.
Y así cientos de ejemplos. Nuestros pedagogos tienen aquí una inmensa oportunidad de mejora.

Por el contrario, la finalidad del Bachillerato se centra generalmente en preparar a los chavales para los futuros estudios superiores, proporcionándoles una sólida base para que los puedan afrontar con los menores problemas.
Idealmente preparar cada titulación precisaría de un Bachillerato específico, lo que no es posible por el amplio abanico de titulaciones existente. Esta dificultad se intenta minimizar diseñando varios modelos de Bachillerato.

Quizá, más que insistir exclusivamente en cantidad de conocimientos que siempre serán insuficientes, convendría potenciar la capacidad de razonar, de buscar información, de trabajo en equipo, el uso de la informática, la comprensión lectora, la expresión escrita y oral, el conocimiento real del ingles, etc., habilidades que permitirán afrontar con más posibilidades de éxito cualquier estudio universitario.
Se potencia la gramática y la expresión escrita pero ¿qué pasa con la expresión oral o con la expresión no verbal que es tanto o más importante? ¿Cuando se evaluarán?
Sería maravilloso tener bachilleres que dominen el latín y el griego pero quizás sería más maravilloso que tuvieran un elevado nivel de expresión en su lengua materna, cosa que, al parecer de muchos, no ocurre.
Probablemente dos cursos de Bachillerato son insuficientes y más teniendo en cuenta que el segundo está hipotecado por la preparación de la absurda prueba de la Selectividad. Defendemos que únicamente las Facultades con mayor demanda que oferta, tengan la libertad de establecer su propio sistema de selección.

Otro tema a mejorar, es el profesorado.
Mientras no se baje del pedestal de la soberbia que le impide admitir ninguna sugerencia ajena de mejora (ya que todos en algún momento hemos sido alumnos o profesores), mientras no admita más que una única respuesta a sus preguntas: la suya, impidiendo la creatividad y diversidad, no se podrá avanzar demasiado en los cambios fundamentales.
Y finalmente, mientras no deje de oponerse a ser evaluado y entienda que la finalidad de cualquier evaluación es la mejora y no la sanción, será difícil obtener el reconocimiento social que se merece cualquier Maestro.

Un ejemplo de Maestro nos lo trae el diario
Público. Se trata de Walter Lewin, profesor de física en el famoso Instituto Tecnológico de Massachusetts, que no tiene miedo a ofrecer clases televisadas que son seguidas por miles de personas. Tampoco escapa a lo antes mencionado ya que cuando le preguntan que diría a sus colegas para tener más éxito, responde que a ningún profesor le gusta que le digan cómo tiene que dar sus clases.