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sábado, 23 de enero de 2010

Contemplar, tal vez soñar

Hemos loado anteriormente la Contemplación como uno de los disfrutes más humanos y gratuitos que tenemos a nuestro alcance.

Muchas veces la contemplación de la Belleza inexorablemente acaba incitando sueños tan maravillosos como improbables pero soñar, como contemplar, es gratis y gratificante.

La contemplación no necesita de paisajes idílicos en plena naturaleza sino que también es posible practicarla en la ciudad, cuando tu camino temporalmente coincide con el de alguna belleza humana desconocida que atrae salvajemente tu mirada, cual canto de sirena.
Esa mirada, halagadoramente contemplativa, necesariamente debe autolimitarse para evitar mancillar la belleza. Entonces comienza una dura pugna entre tentación y razón, en la que no siempre se impone esta última.
Entretanto, en algún rincón de tu cerebro pueden surgir sueños tan maravillosos como descabellados. Y como dijo Cervantes: “ . . . fuese y no hubo nada”.

¿Qué merece la pena en la vida?


Vivir tu sueño. Las personas que no son felices en la vida son las que en un momento determinado han renunciado a su sueño.

(Hoy nos regala esta respuesta en “La Contra” de La Vanguardia, la planetóloga Athena Coustenis)

martes, 19 de enero de 2010


En la Tetería nos hemos propuesto poner densidad a la vida diaria, saboreando la comida, disfrutando de la belleza, compartiendo el tiempo con buenas compañías y reflexionando sobre sabias ideas.

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UN DÍA MARAVILLOSO

Casi todos nuestros días son maravillosos . . . si tenemos claro qué es importante y qué es secundario, y si por otra parte, consideramos las posibilidades de que las cosas hubieran ido significativamente mal.

Te despiertas cuando suena el despertador, o si eres más afortunado, cuando has dormido suficiente.
Te levantas, compruebas que aparte de ese dolorcillo debido a la tendinitis en el hombro, el cuerpo sigue funcionando increíblemente bien, enciendes la luz que ilumina el cuarto de baño, abres el grifo y sale abundante agua caliente para darte una relajante ducha antes de prepararte un rico desayuno que eliges en tu surtida cocina.
Te asomas al balcón antes de salir para trabajar y todo parece funcionar como siempre. En la empresa bromeas con los compañeros y aunque tienes una jornada bastante dura, por la tarde irás al gimnasio para mantener la agilidad y el peso. Por la noche después de cenar en familia, caes en la cama y duermes casi al instante.

Pero podría no haber sido así
Podría haberte despertado a media noche un fuerte dolor en el estomago, el teléfono con una tragedia familiar o una explosión de gas que hubiera medio derruido el edificio. Podrías carecer de luz o de agua. Podías encontrarte la calle inundada o un frío o calor insufribles. Podrías llegar al trabajo y encontrar la empresa cerrada. Podrías desayunar con la noticia de que la Banca ha quebrado, podrías . . .

Casi siempre nos quejamos o nos enfadamos sin causa suficiente. La realidad es que si pensamos con suficiente altura de miras, tenemos muchos motivos para estar contentos la mayoría de los días y para no ir por la vida con la escopeta cargada, a la espera del mínimo incidente que desencadene nuestra cólera con nosotros mismos o con los demás. Los que han estado a las puertas de la muerte debido a una enfermedad o accidente graves, reconocen que contemplan la vida de otra manera. ¿Hemos de esperar a pasar por esa situación para valorar lo que tenemos?

martes, 12 de enero de 2010

Cuando he visto hoy el "chiste" (más que chistes, son misiles perforadores de meninges para llegar al centro del cerebro) de El Roto, me ha impactado más que otras veces su capacidad de resumir en un gráfico todo un ensayo político.

Religión y Filosofía

La religión está hecha de respuestas y la filosofía, de preguntas. Lo que pasa es que la filosofía te ayuda a convivir con esas preguntas y, por su puesto, a reflexionar sobre los valores. No da imposiciones, no tiene tablas de la ley, eso es cuestión de las religiones.
(Fernando Savater)

martes, 5 de enero de 2010

VACUNA NECESARIA


Al nacer deberían vacunarnos contra la codicia.


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A vueltas con la globalización

Siempre ha habido deslocalización pero la eliminación de las barreras fronterizas gracias a los acuerdos en el seno de la Organización Mundial del Comercio ha fomentado este fenómeno hasta extremos preocupantes para los países occidentales que ven como se cierran empresas a un ritmo desbocado, como se incrementa el paro y se devalúan las conquistas laborales.
Los grandes beneficiados son las empresas que fabrican en los países con costes mínimos. ¿Cuando el paro sea insoportable que harán nuestros políticos? ¿Eran conscientes de esta situación? ¿Les colaron un gol?

Este fenómeno no parece tener fin ¿o sí? Quizá simplemente se trata de volver a instaurar una tasa a las importaciones que compense el dumping social y medioambiental. ¿Y esto cuando ocurrirá? ¿Cuando los trabajadores occidentales hayan rebajado sus exigencias lo suficiente? Lo que será mucho antes de que los trabajadores de los países menos desarrollados hayan incrementado sus exigencias hasta igualar a los de los países occidentales.
Lo que parece claro es que el libre mercado mundial no está repartiendo la riqueza equitativamente.
Las empresas además de presionar a trabajadores y autoridades amenazando con deslocalizar, importan inmigrantes con exigencias laborales mínimas.

ACTITUD


La realidad que nos rodea puede ser complicada pero nuestra actitud será decisiva para agravarla o suavizarla.
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En el mar de la mujer pocos naufragan de noche, muchos al amanecer
(Antonio Machado)


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El que compra otorga

Desde hace años los precios de la mayoría de productos de consumo no paran de bajar, inicialmente bajaban debido a mejoras tecnológicas u organizativas como la eliminación de stocks, la reducción de la vida útil, el uso de materiales más baratos, etc. pero probablemente la Globalización capitalista que ha potenciado la deslocalización ha sido el motivo mayor de el fenómeno low cost al trasladar la fabricación a países con costes laborales muy inferiores.
Mientras el ciudadano-trabajador echa pestes de este sistema, el ciudadano-consumidor disfruta comprando ciegamente cuanto más barato, mejor. Igual que se suele decir: “el que calla otorga”, pues también “el que compra otorga”.

Sueña como si fueras a vivir para siempre.
Vive como si fueras a morir hoy
(James Dean)


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