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sábado, 17 de mayo de 2008

Sueños mestizos

Una joven morena y esbelta, negrísimos los cabellos, los ojos levemente oblicuos, de mirar espacioso, la boca fresca, de arrasadora sensualidad, la piel entre cobre y canela, como sólo podían tenerla las mestizas.
Su belleza cortaba el aliento, haciendo que el ánimo quedara suspendido y el tiempo dejara de correr.
La mestiza llevaba una capa abierta, dejando entrever un esplendido vestido de terciopelo rojo. Se ajustaba la tela mediante dos filas de disciplinadas esmeraldas que ascendían a modo de botones, deteniendo sus rigores ante la inminencia del generoso escote, un alarde de piel morena prolongado por los hombros casi desnudos, hasta rematar en la gracilidad del cuello.
Su forma de moverse era fascinante, proyectando el pecho y la figura.

(Agustín Sánchez Vidal. Nudo de Sangre, una buena novela recomendada por mi Librero en San Jordi)

Un Mundo por conocer

Cuando el Planeta se empieza a quedar pequeño para los turistas de los países del primer mundo y ya empiezan los más ricos y decididos a viajar por el Espacio, queda en completo olvido un mundo ignoto, prometedor de experiencias placenteras sin fin. Me estoy refiriendo a ese mundo formado por las numerosas personas a nuestro alrededor que no conocemos, en nuestro barrio o en nuestra ciudad.
Viajar a este mundo es gratis. El único requisito es ese pequeño o gran esfuerzo por romper ese muro de incomunicación que nos autoimponemos todos.

Una pequeña anécdota personal: después de años de pasar por delante de la puerta, me he decidido a entrar en un encantador Café-Librería próximo a mi domicilio y he descubierto que su propietario además de un gran profesional asesorándote en la compra de libros, es un conversador extraordinario. Cada vez que pienso en los años de estupendas charlas perdidas, me autocabreo sin remedio.

En cuanto sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas. Enuncia tu verdad de una manera serena y clara, y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia. Esquiva a las personas ruidosas y agresivas, pues son un fastidio para el espíritu. (Desiderata)

miércoles, 7 de mayo de 2008

Soñé que soñaba


De razones vivimos y de sueños sobrevivimos

(Unamuno)

viernes, 2 de mayo de 2008

Salvar los bosques es salvar el Clima


Greenpeace ha visitado la Tetería de la Calma para explicarnos la campaña de recogida de firmas que está realizando para exigir el fin de la importación de madera conseguida por métodos ilegales en Brasil y que la importación proceda exclusivamente de bosques gestionados según el sello FSC. Nos ha convencido plenamente.

La Unión Europea es la principal región importadora de madera procedente de la Amazonia brasileña. Y, dentro de la UE, España importa el 13% de esta madera. En el año 2006, España importó 40.000 m3 de madera tropical brasileña, principalmente del Estado de Pará, región asolada por la tala ilegal, la deforestación y la violencia.
Como importador de casi la mitad de la madera procedente de la Amazonia brasileña, la Unión Europea tiene una responsabilidad importante para solucionar el problema. Para poder detener la devastación del Amazonas, la UE debe adoptar una legislación que garantice que toda la madera que entre en su mercado proceda de fuentes legales y de bosques controlados. Dicha legislación contribuiría a frenar la deforestación y a garantizar un uso sostenible y justo de los recursos forestales en el mundo.

Greenpeace considera imprescindible tomar medidas para evitar y proteger la selva amazónica y pide a la Unión Europea y a sus Estados Miembros implantar políticas de contratación pública verde para productos derivados de la madera, que incentiven la compra de productos procedentes de sistemas de explotación forestal responsables desde el punto de vista ambiental y social, como el FSC.
Greenpeace ya ha reunido más de 42.000 firmas en su campaña Salvar los bosques es salvar el Clima. Las firmas serán entregadas a la Comisión Europea y a la Federación Española de Municipios y Provincias exigiendo una Ley que frene la deforestación y garantice un uso sostenible de los recursos forestales.

Incultura del agua

En la Tetería tenemos bastante claro que un Bosque no tiene nada que ver con una zona repoblada de árboles ni que nuestros ríos pueden ser sustituidos por una red de conducciones regulada por el hombre a su capricho.
Como nos ha gustado mucho la carta de Manuel Adelantado a La Vanguardia, la ponemos en nuestro Tablón Informativo.

Considerar los ríos como simples cañerías de agua que pueden trasvasarse, desviarse o interrumpirse con embalses sólo puede esperarse de una ignorancia decimonónica, en la cual los ríos no son más que metros cúbicos por segundo. Algo así como ver la Sagrada Familia como una simple montaña de piedras.


Un río es un ser vivo de cuya supervivencia depende la nuestra. Y lo matamos de dos maneras: envenenándolo con vertidos tóxicos y asfixiándolo al robarle agua más allá de su “caudal ecológico mínimo”. Incluso el agua que consigue llegar al mar, lejos de perderse, tiene una función ecológica vital. ¿Por qué, si no, se han extinguido prácticamente las anchoas en nuestro litoral?
A la sobreexplotación pesquera hay que añadir la desaparición de nutrientes que antaño aportaban unos ríos vivos. Ver sólo metros cúbicos en un río podía permitirse
hasta el siglo XIX. Un siglo después los seres humanos nos convertimos en una plaga planetaria.

Y en este siglo XXI nuestra capacidad de destruir el medio que nos sustenta ha ido más allá de lo que nadie podía imaginarse.
Y las soluciones que se aportan son más de lo mismo, una huida hacia delante. Ojalá
usemos de una vez la inteligencia, y no esperemos a que la naturaleza nos imponga un cambio en el modelo social y económico del que no haya escapatoria.