Salud y Enfermedad son dos caras de una misma moneda que se alternan con mayor o menor duración e intensidad a lo largo de nuestras vidas.
En nuestras Facultades de Medicina se estudia como luchar contra la enfermedad pero muy poco como mantener la salud. Además, nuestra Medicina oficial se ha autoadjudicado la exclusiva de la Verdad Científicamente probada, condenando a la hoguera de la charlatanería a los disidentes antes de escucharlos y comprobar si tienen alguna mínima razón.
La Historia de la Medicina está llena de descubrimientos tan importantes como clínicamente útiles que los guardianes de la ortodoxia médica no permitieron en sus respectivas épocas difundir, atrasando con ello durante décadas –cuando no durante siglos- conocimientos básicos a médicos y enfermos. Lo que se llama “ciencia” hoy día no es más que una forma de fanatismo. En la Edad Media predominó el fanatismo religioso; hoy lo que predomina es el fanatismo científico. Se ha divinizado a la Ciencia y a sus sacerdotes, los científicos. (Montserrat Palacín en el nº 121 de Discovery DSalud, Crioterapia extrema)
La realidad es que la Salud/la Enfermedad, es un misterio que nuestra pretenciosa y prepotente Ciencia no acaba de desentrañar. Muchos charlatanes se apuntan al negocio del dolor ajeno y unos pocos rebeldes se desesperan intentando que se profundice en sus ideas disidentes.
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