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miércoles, 5 de junio de 2013

Mentalidad dual y extrema


El modelo mental "normal" está basado en mantener, de forma inconsciente, una evaluación que acaba etiquetando todo a nuestro alrededor de forma dual y extrema:


- Me gusta/no me gusta


- Me interesa/no me interesa


- Me beneficia/me perjudica


- Me es placentero/me es doloroso


- Es maravilloso/es terrible


- Me es cómodo /me es incómodo


Así, esta forma dual de pensar y de sentir, sin apenas matices intermedios, inevitablemente genera Deseos-adicciones/Rechazos-fobias que merman nuestra Libertad y nos transforman en personas vulnerables, al depender de alcanzar nuestros deseos o evitar nuestras aversiones.


Evidentemente, es muy sano tener preferencias aunque bien gestionadas para que no lleguen a convertirse en metas a conseguir/evitar a toda costa. Por ejemplo, no es lo mismo preferir cenar en buena compañía el día de tu aniversario que frustrarte y amargarte porque tu acompañante se disculpe y no pueda venir, debido a un imprevisto. Cenar solo te permitirá concentrarte para disfrutar la comida. Será una cena diferente, ni mejor ni peor.


La atracción o el  rechazo se suceden de forma inconsciente en nuestra mente, que además reacciona sin matices: las cosas nos gustan o no, son maravillosas o son terribles, sin tener la lucidez  de darnos cuenta de que, en realidad, lo que hace buenas o malas a las cosas, es nuestra mente (mediante creencias que desde la niñez hemos ido incorporando de nuestro entorno) que nos lleva a ejecutar automáticamente ese mecanismo  dual de valoraciones extremas que nos atrapa en una vida de confusión/ilusión respecto a la realidad.


Para los budistas y otros antiguos promotores de la sabiduría, el origen de nuestro sufrimiento está en la Ignorancia, o sea en la falta de Sabiduría que no de Información, de la que ahora estamos más que sobrados. Los budistas interpretan la falta de sabiduría como incapacidad de ver las cosas (la Realidad) como son, y no como creemos que son, debido a nuestras "creencias".


Debemos ser siempre conscientes de  nuestro dialogo interior y del papel de nuestras creencias y preguntarnos de forma muy consciente, el por qué  deseamos/rechazamos las cosas.


Intentar cambiar de golpe nuestras creencias no es posible, y es fuente de frustraciones, por lo que mejor hacernos propósitos de cambio puntuales y graduales, evaluando periódicamente nuestros avances ¿Lo intentamos?

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