No hay que ver para creer,
Hay que creer para ver
(Ouka Leele)
Hay que creer para ver
(Ouka Leele)
La obra de esta artista es extraordinaria por su capacidad de crear belleza.
Hay una exposición suya, patrocinada por el ministerio de Cultura, que recorre nuestra geografía, acercándonos parte de su obra. Además, incluye un estupendo vídeo de Rafael Gordon (autor también del documental “La mirada de Ouka Leele”) mostrando como trabaja y la gran capacidad de observación de su mirada.
Si tenéis ocasión, no os la perdáis. Os dejo una muestra ilustrando este comentario.
Hay una exposición suya, patrocinada por el ministerio de Cultura, que recorre nuestra geografía, acercándonos parte de su obra. Además, incluye un estupendo vídeo de Rafael Gordon (autor también del documental “La mirada de Ouka Leele”) mostrando como trabaja y la gran capacidad de observación de su mirada.
Si tenéis ocasión, no os la perdáis. Os dejo una muestra ilustrando este comentario.
2 comentarios:
Ahora me has despistado con esta frase. Hay muchos que tienen la opinión que el tiempo del progreso empezó a partir del principio de poner la observación como base de nuestro pensamiento. Creía que tú participabas de este principio. SEguro que se me escapa algo al comprobar que parece que aceptas que hay algo anterior, el creer, sin saber de qué depende, y que es la base de lo que nos parece ver. Yo acepto este principio, pero me sorprende que lo aceptes tú. SEguro que se me escapa lo que insinúas con esta frase.
Gracias por el interesante comentario. Me parece un tema muy interesante.
Como somos herederos del racionalismo, habitualmente decimos que hay que ver para creer pero si conseguimos traspasar esta forma de pensar, podemos ver la realidad con ojos diferentes, como hacen muchos artistas. Hay que creer que otras realidades son posibles y buscarlas e imaginarlas.
Si todos los fotógrafos o pintores vieran la misma realidad, lo suyo más que arte sería únicamente técnica.
Hay algunos adelantados que opinan que hay cierto margen personal para crear nuestra propia realidad.
Aunque aparentemente, la realidad es única y es la que nos muestran nuestros ojos, todos sabemos que las apariencias pueden ser engañosas.
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