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martes, 20 de abril de 2010

TOMATES CON SABOR A TOMATE

El suplemento ES de La Vanguardia del pasado sábado 6 incluye un excelente reportaje de Mayte Rius sobre la práctica imposibilidad de encontrar en el mercado tomates cono aroma y sabor a tomate como antaño.
El tomate era un frágil producto de verano que nos permitía disfrutar de unas ensaladas inolvidables.
Desde hace años, tenemos tomates perfectos y abundantes todo el año . . . pero cuando los pruebas, ni saben ni huelen. ¿Qué ha pasado? Simplemente ha pasado una revolución agrícola que ha “modernizado” industrializando con criterios economistas toda la Agricultura, lo que ha implicado la sustitución de las numerosas variedades tradicionales por unas cuantas variedades híbridas con características mejoradas (¿?): más rendimiento, más durabilidad para el transporte lejano, más resistencia a plagas, etc. pero a pesar del estupendo aspecto, sin aroma ni sabor.
El caso del tomate puede servir para ejemplarizar las consecuencias negativas que trajo la industrialización de la Agricultura y que se agravarán con la siguiente revolución agrícola, ya iniciada, a base de transgénicos. Así, pretendiendo eliminar el hambre del mundo casi ha conseguido eliminar a los pequeños agricultores que no pueden competir con las grandes industrias agrícolas, con la gran distribución y con la incomprensión de un consumidor que compra exclusivamente por precio y comodidad.
El aspecto visual de los frutos es secundario para un consumidor iniciado como ocurre con muchos quesos, embutidos o dulces artesanos que visualmente. La llamada calidad visual viene a ser un espejismo que sólo confunde a un consumidor confundido o inculto.
Tener tomates en invierno es tan caprichoso como tener naranjas en verano. La compra debe ser de productos de temporada y locales para que puedan ser recogidos en su punto de madurez. La sabiduría popular nos ofrece conservas de tomate durante todo el año o los ricos tomates secos.
La Variedad cultivada y el punto de madurez al recolectar son los ingredientes clave, junto con un cultivo esmerado que evite aplicar agroquímicos perjudiciales para el suelo y para el consumidor.
La agricultura tecnificada pretende ofrecernos la solución con nuevas variedades como los tomates “pata negra” Raf o los Kumato con una calidad, poco más que regular y un elevado precio.
Lamentablemente también, muchos de los tomates procedentes de la agricultura ecológica son tan sosos, como los restantes ya que la semilla es la misma.
Son muy loables las iniciativas de creación de Bancos de semillas de variedades autóctonas para intentar su reintroducción o al menos su pérdida como la que realiza
Ester Casas.
Como soluciones parciales para conseguir tomates algo mejores hay que mencionar:
· Compra en temporada y en mercadillos directamente al agricultor
· Compra en alguna comercio de confianza
· Cultivo privado de semillas tradicionales

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