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sábado, 9 de junio de 2007

Mujer de agua y luna (III)


Aunque por su aspecto no parezca una doctora según el estereotipo vigente, Claudia estudió Medicina pero en cuanto terminó la especialidad de Internista marchó a la India para conocer su medicina tradicional.
Mientras estudiaba medicina, había visto un documental sobre la medicina ayurvédica que le impactó. No se parecía en nada a lo que estaba aprendiendo y se prometió a si misma que tenía que aprenderla. Una vez en la India, consiguió que el famoso Dr. Brahmanand Swamigal la recibiera, para lo cual se mantuvo en su puerta durante cerca de un mes, insistiendo cada día. El Dr. Swamigal en vista de su perseverancia la escuchó con seriedad y le dijo que era muy difícil para un occidental aprender y aplicar el Ayurveda pero que si realmente estaba dispuesta, el aprendizaje sería largo y duro. Lo primero que tenia que hacer era conocerse a sí misma. Para curar a los demás, primero tú tienes que estar sano de cuerpo y de mente. Para lo que le indicó un monasterio femenino en el Tibet. Allí permanecería hasta que la Maestra, con la que le unía una buena amistad, le informara que estaba en condiciones de iniciar el aprendizaje de la medicina ayurvédica.

La estancia en el monasterio se prolongó cerca de dos años consiguiendo transformarla en una persona nueva. Su vida tendría un antes y un después. No podía entender que aquella sabiduría milenaria no se divulgara en occidente.

El aprendizaje de la medicina se alargaba durante años pero ella tenía muchas ganas de empezar a practicar en España y al cabo de dos años se despidió prometiendo que volvería periódicamente para continuar el aprendizaje y proveerse de plantas y preparados ya elaborados.

A la vuelta de la India se instaló en el pirineo aragonés en un paraje bucólico que había quedado muy despoblado al carecer de accesos para coche. La ganadería que era la fuente de riqueza tradicional, dejó de ser rentable hace años. Allí encontró una cabaña de madera construida y abandonada por los pastores que reconstruyó con mimo. La cabaña está rodeada de verdes praderas donde crecen salvajes las flores y matorrales.

Una vez instalada, el abuelo Natalio, del que hablaré más adelante, le enseñó a conocer el uso de las plantas medicinales locales. Cuando empezó a curar a algunos lugareños desahuciados por la medicina ortodoxa pronto se extendió por la comarca su buen hacer llegando a oídos del médico del pueblo que la tomó por una embaucadora, hasta que le dio con su título oficial en las narices. No volvió a molestarla.

Sus tratamientos simples y efectivos le han dado merecida fama en la comarca, acudiendo con frecuencia muchos lugareños a pedirle consuelo de sus males, para lo que aplica los conocimientos de la medicina ayurvédica que aprendió en la India, sin desdeñar las modernas pruebas diagnósticas de la medicina occidental.

Yo mismo puedo dar ejemplo de su eficacia curativa. Desde pequeño recuerdo que sufría varios resfriados al año que me obligaban a guardar cama y en ocasiones necesitaba tratamiento antibiótico. Desde que me recetó combatirlos con ajo, apenas me constipo. Parece magia, pero el tratamiento es fácil, barato y ¡aromático!

La sencillez de Claudia es fácilmente apreciable nada más llegar a su casita, en su vestimenta, en su hablar.
Su filosofía vital, es considerada como radical en nuestro convencional entorno. A los 33 años Claudia puede producir inicialmente un efecto engañoso de joven inculta pero cuando la conoces descubres una claridad de ideas infrecuente a esa edad aunque ella siempre explica que lo desconoce casi todo y busca con avidez personas que le puedan enseñar. Su único objetivo en la vida, es vivir con plenitud siendo ella misma.

Aunque ya he explicado que ejerce la medicina, no tiene grandes ahorros ya que no cobra y se da por bien pagada con que le ayuden cuando lo necesita o le traigan los artículos realmente necesarios para el día a día. Su intención no es acumular riquezas, al fin y al cabo, inútiles en su mundo. Tiene lo necesario y no necesita más.
Únicamente cuando viaja a la India tiene que hacer un gasto importante para pagar el avión. Entonces no le queda más remedio que instalarse varios meses en casa de sus padres y hartarse de hacer guardias mal pagadas en un hospital hasta reunir el precio del billete. Esta breve experiencia le confirma el camino equivocado de la carísima Medicina Occidental.

Aunque se podría decir que vive apartada del mundanal ruido, no vive de espaladas a su tiempo. La cabaña tiene electricidad y agua corriente. No tiene televisión pero si teléfono móvil que usa ocasionalmente. Últimamente, también disfruta mucho de un MP3 que yo le regalé ya que todavía tenía un viejo radiocasete.

También se acerca frecuentemente al pueblo cercano para conseguir algún artículo necesario y charlar con la gente o recorre los mercadillos semanales vendiendo o intercambiando sus elaboraciones. Tiene frecuente relación con una comuna de urbanitas que está reconstruyendo, con técnicas de sostenibilidad, un pueblo cercano de los muchos que han quedado abandonados en la comarca. Estos le proporcionan de su propia producción ecológica casi todo lo que necesita para su alimentación vegetariana.

Podríamos decir de ella que es una persona libre. Su seguridad y autoestima la mantienen lejos de los temores que nos empujan a la mayoría a renunciar a parcelas importantes de nuestra libertad.

4 comentarios:

Checho dijo...

Hola: mi nombre es Sergio he llegado a este blog por el nombre Brahmanand Swamigal, mi intensión es aprender Ayurveda. Veo que describes a Claudia como una persona particular y austera fuera de esta realidad urbana, bueno mi interés es sobretodo por su camino, yo he compartido mi vida en una comunidad autogestionada en Uruguay por 4 años con 40 personas ancianos y niños, no religiosa sólo autogestionaria y ecológica, haciendo agricultura bilógica e imprenta. Lo comento como referencia porque quizás desde este medio es difícil dar con el camino pero tengo esperanza de que lograré dar con el conocimiento del ayurveda. Hace casi un año que busco un contacto en español (es que no hablo inglés de momento)con Swamigal, a partir del documental que vió Claudia, además me interesaría que Claudia me guiara o aconsejara con desde su experiencia, ahora no tengo mucho tiempo de leer mas, pero leí que tuvo que prepararse en un templo para poder aprender, estoy en un camino parecido con una predisposición (creo similar a ese camino) y te agradecería muchísimo si pudieras darme alguna respuesta, o contactarme con ella.
No sé tu nombre no sé como encontrarlo en el blog, sólo se que el lugar se llama La tetería de la calma, pero te dejo un saludo y gracias nuevamente.

Sergio

artesano dijo...

Sergio, bienvenido al Blog y gracias por el cometario. A Swamigal lo conozco únicamente por el documental AYURVEDA: EL ARTE DE VIVIR.
La Tetería de la Calma es un raro lugar al que todos podemos llegar en nuestro caminar, si nos lo proponemos.
Me permito sugerirte la lectura del Blog desde el inicio, si tienes interés en encontrar a Claudia.
Un abrazo

maria dijo...

Hola, mi nombre es María.
Por favor podría ponerme en contacto con la doctora Claudia.
Estoy intentando viajar a la India para ayudar a mi madre con cáncer y necesto ayuda para ponerme en contacto con Swamigal y saber cómo encontrarlo. Por favor me puedes ayudar, gracias

Ángeles dijo...

Hola Artesano, me interesaría hablar con Claudia, aunque vive en un pueblecito de los Pirineos Aragones (Muy extenso...) sería mucho tiempo y dinero en buscarla, te podrías poner en contato conmigo, sólo quiero hablar con ella de una asunto ayurvédico, sólo es para q me aconsejara, y si no puedes dar eses tipo de información, pues nada, de todas formas gracias ...
mi email ... anyell69@hotmail.com (de Madrid) Gracias y un saludo !!!