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sábado, 9 de junio de 2007

Mujer de agua y luna (y IV)


¿Pero este relato no trataba también del agua y de la luna? Ahora finalmente nos adentraremos, con delicadeza y respeto, en el núcleo esencial de Claudia, según yo lo percibo.

Claudia es mujer de agua. Su vida transcurre alrededor del agua.
Junto a la cabaña pasa un riachuelo de aguas cristalinas casi totalmente cubiertas de vegetación que forma una cascada de casi tres metros sobre una poza profunda que aprovecha para bañarse desnuda, aunque haya visitantes, todas las mañanas del año y todas las noches de luna llena. El nudismo forma parte de su unión con la naturaleza y no concebiría bañarse con un bañador. También se seca al sol o a la luz de la luna friccionando todo el cuerpo con una toalla.

Lo que casi nadie sabe, es que oculto por el salto del agua y por la vegetación hay una cueva alargada con una estrecha entrada que se adentra para finalizar en una sala de varios metros de amplitud desde la que el ruido del agua se transforma en un apagado rumor. Ella se refugia allí cuando necesita estar en soledad y viajar a su interior. El ruido del agua ahoga cualquier otro ruido y si se concentra en él, llega a un estado de total relajación. Es un lujo de la naturaleza que no cambiaria por un palacio.

La del agua no sería la primera lección que me dio. Pronto llegó la segunda, sobre la luna.
La Luna también era esencial en su vida. La energía lunar que tiene claros efectos sobre los océanos, también provoca efectos más sutiles sobre líquidos de nuestro cuerpo. Este es el motivo de que nuestra salud y la eficacia de los tratamientos por medio de plantas pueden variar según las fases de la luna.

Las noches de luna llena son muy especiales. En estas noches las fuerzas mágicas alcanzan la máxima actividad anual. El ritual que prepara Claudia en estas noches incluye la elaboración de grandes cantidades de un brebaje que desinhibe y deja salir todas las tensiones acumuladas.

Para sus amistades ya es una tradición pasar allí esas noches cantando y bailando alrededor de una hoguera, acabando la mayoría bañándose en la cascada. La fiesta acaba poco después del baño.
Bueno, en invierno la verdad es que se bañan muy pocos ya que el agua está próxima a los cero grados. Casi todos se guarecen en la cabaña o bajo las tiendas que se montan.
El ritual exige extender la ropa mojada para que se seque bajo la luz de la luna y que los cuerpos desnudos también reciban su influjo para lo que las parejas buscan rincones de intimidad en los alrededores.
Ella madruga para recoger hierbas medicinales húmedas de rocío, antes de la salida del sol.

Claudia es Mujer de Agua y Luna.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Dice eso mucho de tí, querido artesano. SE te ha escapado claramente tu otro yo, quien quisieras ser cuando sueñas. Diría que es común el que sea el destino quien tome las riendas de nuestras vidas y no nosotros. Nuestra naturaleza tiraría por allí, pero el destino que va por su cuenta nos lleva por allá.
Presentaria Claudia a mi amigo Joaquim, pero si la estabilidad no va con ellos sería un gesto sin consecuencias.

artesano dijo...

Como siempre, gracias Rafael.
Solo los sueños nos permiten la libertad absoluta. Como bien dices, el destino condiciona nuestras vidas.
Esto me hace recordar una maravillosa canción de Amaral que dice así:

Si volviera a nacer, si empezara de nuevo
volvería a buscarte en mi nave del tiempo.
Es el destino quien nos lleva y nos guía
nos separa y nos une a través de la vida.

Claudia y Joaquin aunque incapaces de compartir el día a día, podrían mantener una relación fructífera para ambos. Tienen en común, como mínimo, suficientes dosis de sabiduría, sensibilidad y ansias de libertad.

Anónimo dijo...

Buenas tardes.
¡Que calor! Un te helado por favor.
Esta es una tarde plomiza y aburrida de domingo...bueno...algunos no pueden pensar que se aburren ..no tienen espacio para ello.
he vuelto a ver a la mujer que pidió en la puerta un bocadillo, calcetines limpios y un libro que le sosegara el corazón..
Le dimos bocadillo y calcetines , pero no libro y me penó
Si volviera se lo tengo preparado
¡gracias por el té!

artesano dijo...

Anónimo, gracias por tu comentario.
Las peticiones que te hizo aquella mujer parecen de otros tiempos. Hace años que solo me piden dinero (en efectivo, no en especie) que nunca doy.
Yo me hubiera esforzado en satisfacerla y de paso mientras prepara el bocadillo aprovechar para intentar saber algo de ella. Por la petición puede ser una persona interesante.
Lo que más me llama la atención es que te pidiera un libro que le sosegara el corazón ¿Qué tipo de libro cumple este objetivo?

Unknown dijo...

Me ha encantado esta historia pero no es real verdad?

Anónimo dijo...

Mucho gusto Artesano
Buscando Ayurveda...has aparecido tu, increíble tu manera d expresarte, que regalo!!!! no se si es verdad la historia de Claudia pero yo quiero conocer a una claudia con la q poder aprender, compartir, sentir....y una tetería a la q poder ir para explicarte....verte...disfrutar de todos los sentidos...y sin prisa...GRACIAS!!!! xus

artesano dijo...

Estibaliz y Xus, gracias por entrar en la Tetería.
la Calma es tan grande que os leo pasado el tiempo.

A Claudia la teneis muy cerca. Todos podemos disfrutar de su companía.
sólo hay que querer verla.