Buscar en este blog

miércoles, 31 de diciembre de 2008

COMPRA CON CRITERIO

Compra con criterio, es una campaña navideña del Instituto Nacional de Consumo para recordarnos nuestros derechos.
Además, desde la Tetería de la Calma queremos recordar nuestras obligaciones (éticas, claro) como consumidores de un país con uno de los mayores niveles de riqueza planetarios.

Consumo y Política
El acto cotidiano de comprar en el supermercado o tomar un café en el bar aunque parezcan intrascendentes, no deberían serlo.
Habitualmente, la única preocupación es buscar en las estanterías del Super lo más barato, que suele ser la propia marca blanca. Pero nuestro consumo, lo queramos o no, nunca es neutro y como mínimo tiene un triple impacto:
· SOCIAL: ¿favorece la producción artesana o la industrial? ¿favorece a empresarios que utilizan niños o adultos semiesclavos? ¿Qué valores éticos tiene la empresa?
· AMBIENTAL: ¿el producto es local o viene de otro continente? ¿la producción es respetuosa con el Medio Ambiente?
· ECONÓMICO: ¿el productor recibe un precio justo? ¿Cuánto nos durará el producto?

Lo que aparentemente es más barato puede resultarnos, además de insolidario, caro a la larga.

Por que no es lo mismo favorecer:
· la ganadería intensiva industrial al comprar leche Pascual que la ganadería ecológica gallega de leche President,
· el enorme beneficio de Nestlé al comprar Nescafé que el justo beneficio de las cooperativas cafetaleras que utilizan el llamado Comercio Justo.
· Al gran productor agrícola de Chile o Sudáfrica que al pequeño agricultor local que nos hace llegar su producto mucho más fresco y sin miles de kilómetros de transporte.
· Al gran fabricante de queso comprando queso de García Baquero o El Caserio de la multinacional Kraft que comprando alguno de los numerosos quesos artesanos que se hacen por nuestra región.

El consumidor politizado es plenamente consciente de que cada vez que compra, está haciendo algo más que adquirir un objeto, más o menos barato, más o menos necesario, más o menos duradero.
Visto desde esta perspectiva, comprar es hacer política pura y dura. Es como votar cada cuatro años y por tanto debe ser resultado de la información sobre lo que consumimos y sus consecuencias y de nuestra reflexión responsable. Un criterio sencillo es considerar estas tres B:
Bueno para el consumidor,
Bueno para el productor,
Bueno para el planeta.



Consumidor coproductor

Slow Food valora la importancia de conocer al productor y sus circunstancias lo que le producirá un vínculo mucho mayor, llegando a considerarse el consumidor como coproductor.

En la revista Opcions se puede ampliar esta temática.
.

No hay comentarios: