El Homo consumens es un individuo consagrado, en cuerpo y alma a la posesión de objetos materiales más o menos banales. Su máxima vital es el Tener frente al Ser.En Navidad se muestra infatigable. Las bombillas navideñas excitan su instinto consumidor, y se lanza a la calle, armado con una buena colección de tarjetas de crédito, a la caza del regalo perfecto, de la ganga imbatible, de la chorrada más impactante para el Amigo Invisible, de todo aquello que se pueda comprar.
El H. consumens olfatea incansable sus presas en los escaparates y no descansará hasta que llegue la fatídica hora del cierre de los comercios y entonces exclama desesperado: ¡Tendrían que abrir las 24h!
Ya de vuelta a casa, con los pies destrozados, muestra a los suyos la colección de trofeos que durante unos minutos habrán llenado de placer su vacío existencial.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario