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martes, 7 de abril de 2009

MULTIPLICADORA DE SEMILLAS

Multiplicador de semillas” más que una profesión debería considerarse una artesanía que gracias a un cariño y sensibilidad extremos, intenta evitar que variedades agrícolas tradicionales pasen al agujero negro de la Historia. Esta es la dedicación que tiene Ester Casas. La hemos conocido por la entrevista que le hizo Victor-M. Amela en La Vanguardia del 3.7.07 y desde entonces la hemos guardado como un pequeño tesoro que hoy compartimos públicamente para que no quede solo en la Hemeroteca.

¿Qué pasa con las semillas? –Que cada día hay menos variedades, y controladas por
menos manos. Están dejando de sembrarse semillas de hortalizas excelentes que se cultivaron durante siglos... ¡Perdemos biodiversidad cultivada a un ritmo vertiginoso!

¿Y por qué sucede eso? El criterio imperante es el lucro de las grandes empresas de consumo agrícolas y grandes cadenas de distribución. Desaparecen variedades, y con ellas desaparecen sabores, texturas, principios nutritivos, riqueza biológica y también gastronómica.

¿Es grave? Es una enorme pérdida ecológica y cultural! Perdemos biodiversidad: usted y yo perdemos en el campo y perdemos en el plato.

¿Qué hacer para frenar esta extinción? Demandar variedades locales en nuestros mercados. Nosotros las fomentamos.

¿Cómo? Contactamos con campesinos de diversas zonas, en una labor de prospección etnobotánica: identificamos variedades locales cultivadas tradicionalmente en cada zona.

¿Y hay sorpresas? Hay decenas de variedades locales de cada hortaliza, de cada verdura y de cada fruta! llegamos a tiempo de rescatar algunas variedades antiguas en vías de extinción.

Me gustaría oír algunos de sus nombres.
Carbassa de vi,
albergínia llistada,
albergínia blanca,
blat de moro de la Creu,
blat de moro del queixal,
carbassa del ravequet,
tomàquet pare benet,
tomàquet culló de frare,
enciam dels tres ulls,
enciam del sucre,
enciam carxofet,
tomàquet francès,
tomàquet esquena verd,
tomàquet de mamella o de popa de cabra... ¿Sigo?
Por favor, sí!
Col brotonera,
bròquil morat,
col de pell de galàpet,
mongeta del confit,
mongeta del veremar,
mongeta de la custòdia,
mongeta afartapobres,
mongeta avellaneta,
mongetes del genoll de Crist...

–Y cuando localizan una de esas variedades, ¿qué hacen con ella? –Recogemos sus semillas. Y las replantamos. Para multiplicarlas y luego repartirlas.

–¿Cuál es la meta? –Estudiamos los rasgos agronómicos y organolépticos de cada variedad local, para calibrar su viabilidad comercial y fomentar su cultivo y consumo, y vehiculamos su reintroducción mediante intercambios de semillas entre campesinos, en la Red de Semillas.

–¿Una red de semillas? Interesante... –La Red de Semillas Resembrando e Intercambiando es un grupo técnico y político que trabaja para fomentar el uso y la conservación de la biodiversidad cultivada. Participan agricultores, investigadores, técnicos y consumidores en distintos puntos.

–¿Se sabe cuántas variedades se han perdido ya irremisiblemente en el mundo?
–En los últimos 15 años se ha perdido en la Tierra un 75% de las variedades locales de plantas de cultivo, según cálculos de la FAO.

–¿Tantas? –Sí, y su pecado ha sido no encajar en la llamada revolución verde.

–¿Qué es la revolución verde? –El capitalismo aplicado a la agricultura: un paquete de innovaciones tecnológicas aplicado desde hace medio siglo para aumentar las producciones... ¡con muchas víctimas ambientales, sociales y económicas!

–¿A qué clase de innovaciones se refiere? –A los agrotóxicos (fertilizantes y productos fitosanitarios de síntesis química), a maquinaria pesada, a largos transportes, a semillas híbridas y transgénicas...

–¿Tiene esto que ver con que las hortalizas resulten cada día más insípidas?
–¡Claro!: porque se privilegian las variedades industriales comerciales por delante de otras mucho más sabrosas o nutritivas.

– ¡Y así perdemos el buen pan con tomate! –Los tomates de la agricultura industrial
saben a queroseno... Las variedades de cada especie disminuyen, van uniformizándose, ¡porque manda la rentabilidad económica!

– ¿Qué variedad de tomate me aconseja para untar un buen pan? –Bombeta, de la república, mallorquí, rodó, llarg... Cada uno se adapta a unas condiciones agronómicas y culturales locales. ¡Lo interesante es la riqueza varietal!

–Entiendo: sería triste que al final nos quedase una sola variedad de cada hortaliza...
–A este paso...Un riquísimo material genético, muy variado gracias a 10.000 años de cultivos locales, hoy se extingue. Y multinacionales agroalimentarias –Monsanto y otras – se forran en el proceso exterminador.

–¿Cómo lo hacen? –Apropiación de la vida, biopiratería: localizan variedades, las patentan y las venden.

–Gran negocio, claro. –Es un sutil modo de dominar el planeta: un dominio de los estómagos mediante el control de las semillas. Si un imprevisto deja sin dinero al campesino, ya no podrá pagarse la siembra siguiente: ¡miles de campesinos se
suicidan cada año en India por esto!

–¿Ahí están las semillas transgénicas? –Sí, y España está haciendo la vista gorda,
porque están sembrándose aquí. ¡Catalunya es la tercera región de Europa con más transgénicos cultivados! Ya hemos tenido numerosos casos de contaminación de maíz transgénico en maíces cultivados con certificación ecológica... Y no se toman medidas.

–¿Qué sueño persigue usted con su trabajo? –Que los huertos de nuestros campesinos se diversifiquen. Que apuesten por sus mercados locales con productos de gran personalidad y calidad. Que el control de las semillas vuelva a los agricultores... Es mi utopía.


Finalmente un consejo: comer en el Puig de la Bruma (Mura), donde cocinan sólo variedades locales.

En el universo de las semillas se libra una desigual lucha de poder en la que nos va el futuro del paladar, la vida rural, la economía y la cultura.

También es interesante: Esporus: Centro de Conservación de biodiversidad cultivada.


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