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lunes, 8 de junio de 2009

Manuel Castells, Remei Margarit y la Crisis. I


Manuel Castells y Remei Margarit son muy queridos en la Tetería. En La Vanguardia del pasado 21.2.09 nos regalan, como es habitual en sábado, un par de artículos de gran interés sobre la tan sobada crisis de los que destaco:

Manuel Castells
Vivimos en una peligrosa fantasía. A saber, que esto es un mal trago, pero que en unos meses o máximo un año la crisis económica habrá pasado y todo volverá a ser como antes. Pues no. Nunca volverá a ser como antes.
No es que salgamos del capitalismo, sino de la forma de capitalismo global que ha caracterizado el mundo en los últimos veinticinco años.
La última vez que se produjo una crisis de esta magnitud las consecuencias políticas fueron el nazismo, el fascismo y una atroz guerra mundial. La historia no se repite y todo depende de lo que hagan gobiernos, empresas y ciudadanos en los próximos meses.
Entonces, ¿qué hacer? Las medidas actuales son actuaciones de emergencia para evitar el colapso. Pero a partir de ahí habrá que ir configurando otro futuro, más estable, fundado en otro estilo de capitalismo en el que el sistema financiero ocupe un papel de apoyo y no de motor. Y en el que el cálculo del crecimiento incluya una contabilidad ecológica y social no sólo monetaria. En donde la regulación de la economía esté en manos de una administración transparente y participativa en la que los ciudadanos puedan depositar la confianza que ahora han perdido en relación con sus bancos.
De modo que sabemos de dónde salimos pero no adónde vamos. Lo único seguro es que su consumo de bienes y servicios bajará y su tiempo para vivir aumentará. A condición de que no se haya olvidado de vivir y no le atenace la angustia de cómo salir del entramado de deuda en el que perdió sus mejores años. Después de la crisis económica, la esperanza de una nueva cultura.


Remei Margarit
Las autoridades piden que la gente consuma para que no se pierdan puestos de trabajo. Bueno, pues quizás haya que cambiar el trabajo, en vez de fabricar lo que se da en llamar “bienes para el consumo” tal vez habría que ir pensando en limpiar los bosques para evitar incendios, mantener las infraestructuras en buen estado, potenciar el transporte público, servicios sociales eficientes.
Tal vez sea el momento de reutilizar lo que hay y de intercambiar saberes y tiempos.

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